viernes, 15 de enero de 2010




Tras una larga noche de insomnio, aburrimiento extremo y un documental sobre la gramilla, al fin logré dormir un poco. Muy poco.

Descrubrí un montón de cosas... como que adoro mi cama... y el Cynodon dactylon.

También me di cuenta de que vagamente puedo escuchar por mi oído izquierdo. Y fué gracias a Cat Stevens, quién lo diría.

Entonces, mortales, la lección de todo esto vendría siendo que los dulcecitos de la Ligua acompañados de una buena taza de café con leche entera es buena para el cerebro. DO IT.

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